miércoles, agosto 14, 2013

Convirtiéndome en Runner

Del tenis al running puede que haya un paso largo, tal vez muy corto; pero es lo que he hecho en estos 2 años.
Soy una fanática empedernida del tenis, "Federerholic" dice en mi bio de cada red social; sigo el calendario ATP como una biblia y me hago mis propios draws para pronosticar cómo van mis favoritos en cada torneo.
A propósito de esto mucha gente cree que soy tenista y no, resulta que nunca hice deporte más allá de montar bicicleta, patinar un poco alguna vez y nadar en cualquier playa o piscina; pero deporte como tal no.

Mi adolescencia estuvo marcada por un cambio de vida (familiar) radical y en paralelo un récipe médico que decía que "la niña no puede hacer deportes". Esto lo decidió un médico al ver que mi respiración es "muy corta" y que me "faltaba el aire" al intentar correr en la cancha a la hora de deporte en el colegio. Eso me persiguió toda la vida. Siempre quise correr, ser veloz como cualquier otro, pero no; al dar 8 pasos mi corazón se sentía en mi garganta y debía parar. No era capaz de correr 150 metros sin estar agotada.

Ahora bien, siempre me pareció una locura que si podía pasarme 2 horas en el mar o una noche entera bailando de lo mejor, ¿cómo es posible que no pueda correr?.
Esa pregunta se quedó en mi mente sin respuesta. Nunca la hice en voz alta.

El evento del Día de las madres del colegio de mi chica grande (quinto grado de primaria) resultó ser una competencia deportiva.
Todo iba bien:
 Bailoterapia: ¡te la tengo! 20 puntos.
 Juegos de precisión: ¡te lo tengo! 20 puntos…
… entonces viene la prueba inesperada: una vuelta a la manzana en una carrera en la que las madres corríamos representando a nuestros hijos.
No puedo decir el nivel de decepción, no llegué a la primera esquina, fui la última. Hubo un momento de choque cuando vi a todas esas señoras gordas, flacas, jóvenes, viejas; todas llegaban sin importar su edad o contextura física, todas! y yo no. Eso me dio un sacudón.
Luego de eso empecé a caminar todas las mañanas en el parque. Empecé por 1 vuelta ya que el diámetro es de 1.700mts, nada mal ya que yo he caminado mucho toda la vida y soy flexible y saludable.
Cada vez aumentando la distancia. Eso me frustraba, mirar a muchos correr y yo caminando. Hablamos de 2009 cuando mi angustia me hacía querer avanzar y sentir que no podía. Siguen pasando los meses.
¿Qué hice? Me resigné, yo siempre supe que NO PUEDO CORRER, el médico se lo dijo a mi mamá.

Año 2011 y camino 3 vueltas diarias, eso es un poco más de 5 kilómetros diarios, nada mal sabiendo que tengo "un par" de kilos de más encima. Eso es bueno, no está mal "para ser yo".

Estamos en Junio y pasando vacaciones en otro país, el día antes de regresar, mientras se hace el típico pesado de maletas y acomodar el perolero se me ocurre subirme a la balanza... oh! el "par de kilos" ya eran 6 kilos de más para el peso que había tenido por los últimos 6 años. Tomando en cuenta que alguien dijo que después de los 40 "uno no baja como a los 20" con esos 6 estaba sobrepasando los límites.
Llegué deprimida a Venezuela, pero decidida a hacer algo.
¿Mi decisión? Voy a empezar a correr y tengo que prepararme para eso. Ya tengo 41 años y pronto 42... debo darme prisa.

Comencé a cuidar mi dieta y me fui al nutricionista a contarle mis planes.
Debo decir que la chica fue una revelación.
Entre la dieta y el plan de entrenamiento su impulso fue una mezcla entre una dosis de autoestima y una patada en el trasero. Comencé a entrenar en serio, bajé 8 kilos en 4 meses. A un par de semanas de mis visita a la nutricionista estaba corriendo 500 metros, al mes casi hacía la vuelta entera. A los 3 meses hice mi primera carrera de 5k.
Recuerdo que quería llorar, que saltaba como lo hacía en 6º grado de primaria cuando quería celebrar. No estaba sola, mi compañera de sueños, una amiga, estaba cumpliendo el mismo sueño a mi lado.
¡Que fortuna, que alegría!

A los 5 meses hice mis primeros 10k, en 2012 hice 11 carreras de 10k entre marzo y diciembre;  hace 3 semanas hice mi primer Ultra Maratón de 55k.

Es agosto de 2013, en unos días cumplo 44 y tengo una lista de metas por cumplir llena de sonrisas. Siempre acompañada de mis amores que incluyen a mis hijas, mi familia y amigos que me han apoyado siempre.

La vida es más divertida cuando usas zapatillas de correr.

Ahora cuando me preguntan digo que soy runner, de cuerpo y corazón.

Gaby.