miércoles, octubre 23, 2013

¿Correr o morir? O es: ¿Correr y morir?

Durante toda nuestra vida hemos escuchado decir: hay que hacer deporte para ser más longevos.. Vives mejor si te cuidas... Correr es vivir (Pedro Penzini Flury)... etc.

Todas estas frases que siento como ciertas nos motivan a salir a la calle en procura de una vida más saludable.

Pero ¿Qué pasa cuando sales a la calle y terminas poniendo en riesgo tu vida? Al principio era educar al amigo conductor y enseñarle que el corredor tiene derecho a usar la calle, mientras se respetan las reglas elementales.
He corrido casi todas las carreras que se hacen en Caracas, he entrenado de noche, por las subidas de Altamira y Los Palos Grandes, he dejado el aliento en la Avenida Las Delicias de Maracay, he corrido en Valencia, en Lecherías, En Mérida, en fin, he recorrido algunos kilómetros en mi entreno permanente y siempre me he sentido segura. Parece que esto ya no será igual.
Esto lo comento por la noticia con la que desperté el pasado domingo a través de twitter, mientras tomaba mi café:
"Corredor pierde la vida al lanzarse al vacío para evitar ser atracado por motorizados, en la Cota Mil de Caracas". Reinaldo Vega, 46 años. Esa fue la noticia que antecedió a mi desayuno dominguero.

Tiene algún sentido esto? ¿Es posible que en este país la gente muera tan fácilmente? ¿Cómo puede ser que un venezolano cualquiera salga un domingo a correr por una calle a la que solo se tiene acceso A PIE esos días durante 6 o 7 horas y termine siendo perseguido por malandros para acabar muerto en su desesperación por huir de estos?
El hombre estaba haciendo ejercicio, ¡estaba corriendo! ¿qué le iban a quitar? ¿Los zapatos? ¿La franelilla? El hombre no llevaba ni un celular, solo unas llaves y su cédula de identidad.
Al intentar escapar, un mal cálculo terminó con su vida cuando saltó y cayó 30 metros abajo.

Esto no es un reporte de sucesos, esto es un intento desesperado de decir ¿HASTA CUANDO?
¿Quién responde? ¿Quién asume la culpa?

¿Ya no se puede salir a correr en paz?

No quiero eso, NO!

¡Me niego!

Estoy cansada de estas noticias; tengo la nacionalidad herida y siento pena por ello.