viernes, noviembre 27, 2015

Del gimnasio a la sala de encordado

Para nadie es un secreto que soy amante del tenis.

Lamentablemente para mi, estos últimos años no he podido seguir a pie de calendario cada torneo como me gusta, hacer el draw, ver el orden de juego cada día; seguir el partido en línea o mirarlo por tv. Eso es, de cualquier manera, solo una circunstancia.

Por cosas que no son casualidades, este año tuve la fortuna de ver un torneo de tenis, de una manera diferente: desde adentro.

Los torneos FUTURES son los de menor categoría en el circuito y se realizan con la ITF (International Tennis Federation) a la cabeza.

En esta ocasión  me tocó estar en un Futures Masculino.

Pero, no se confundan, no crean que por no aportar los puntos de un  ATP 250, 500 o 1000 no trae tenis de calidad. Estos torneos son un trampolín para la mayoría de los chicos.
Los Futures normalmente son de 10.000 y 15.000, esto refleja la cantidad de dinero repartido en premios.

Durante unas semanas fui la afortunada única chica de un torneo Futures. Trabajé sin descanso, corrí de una cancha al gimnasio y de el lobby del hotel a la oficina del Director tantas veces que el recorrido diario formó parte de mi entrenamiento físico por esos días.
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Si, es una fortuna que tantos caballeros atléticos, guapos, gentiles, divertidos y mas que nada adorables fueran mi centro de acción (risas) Eso y mis chinazos del torneo, fueron la decoración del evento (sigo sin parar de reír).
Y, bueno, que mi whatsapp se convirtió en la envidia de cualquier chica que sueñe con conocer a un tenista profesional algún día.
Amén del personal técnico de primera que trabajó en el torneo que me tocó cubrir. El privilegio fue completo.
Mi trabajo comenzó 1 semana antes y terminó 1 semana después. Creo que nunca antes trabajé tan duro con tanto gusto en mi vida, y mi trabajo cumplió las metas trazadas.

Ahora bien, mi experiencia mas bonita ha sido verlos compartir en a cancha, "darse con todo" y luego compartir juntos en la mesa a la hora de cenar entre chistes y situaciones divertidas.

El lujo de ver jugadores en ranking 200 hasta 3.000 con tanto nivel de profesionalismo es algo bonito de vivir. Cada uno poniendo su mejor esfuerzo, compartiendo su pasión: Jugar Tenis.

Alcancé a ver partidos de a 2 o 5 games y si tenía suerte, casi un set corrido. Solo las finales las pude disfrutar de principio a fin.

Chicos, gracias por dejarme vivir el tenis desde adentro, ver sus entrenamientos, las indicaciones de un coach, la camaradería entre amigos de diferentes nacionalidades que se comportan como hermanos.
Compartir un desayuno, un café por la tarde, una cena calmada o una conversa mientras aprendía de sus vivencias, sueños y sacrificios.
Gracias por permitirme aprender desde la visión de chicos de Argentina, Perú, Guatemala, Chile, México, Japón, USA, Barbados, Nueva Zelanda, Haití, Serbia y Venezuela.

Nota: Les digo chicos por costumbre, pero la verdad son unos señores dentro y fuera de la cancha.

Mi abrazo infinito.